Luces y Sombras del Feminismo en África.

NOTA DE PRENSA

Logros y Desafíos del Feminismo africano.

A 2 de julio de 2010, Gijón (Asturias).-

Tercer y último día de la VII Escuela de Pensamiento Feminista Rosario de Acuña, apuesta  del Ayto de Gijon, organizada por su Oficina de Políticas de Igualdad

La lucha por el reconocimiento de los derechos fundamentales de las mujeres comienza en las últimas décadas del S.XIX y en lo que va de S. XXI  parece lejos de acabar. Christine Epouleke (RD.Congo), Vice–Presidenta de REFAMP,  comenzó su didáctica  ponencia, ayer, 1 de julio con una relación de aconteciminetos:

La “Declaración Universal de Derechos Humanos” no se establece hasta 1948. Habrá que esperar a 1979 para la “Convención  por la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).  Más reciente aún es “La Declaración  solemne sobre la igualdad entre los sexos en Africa firmada en 2004. Usos y costumbres tradicionales,  pobreza, analfabetismo, guerras y misoginia, complican, no poco, su cumplimiento. Tampoco ayuda su escasa formación, su mínima autoestima o su beaterÍa.

Indicadores como la presencia femenina en las instituciones refleja notables diferencias: mientras en el África anglófona alcanza el 30%, gracias a la influencia del ejemplo sueco, danés y holandés, en los países francófonos, apoyados por Suiza, Canadá y Naciones Unidas, esta se sitúa entre el 10 y el 20%. Y en el caso lusófono, el concepto de género, comienza a brotar.  Para esta parlamentaria,  los múltiples desafíos comunes como el analfabetismo, la pobreza o la falta de representación  requieren del trabajo en equipo entre feministas.

Retos no muy distintos ni distantes de los que España tenía por delante hace  apenas 40 años y que Paca Sauquillo, parlamentaria socialista de vasta experiencia en la defensa de los derechos humanos, glosó con un ameno recorrido por su memoria vital. “Todo lo que sucede ahora en África, sucedía antes en España”. Viajar, sacar dinero del banco, ser juezas o ir solas al cine, eran terrenos vedados a la mujer. Y no fue hasta que llegó el acceso masivo  a la sanidad y la educación que las cosas comenzaron a cambiar. Después le tocó el turno a la legislación, todavía hoy cuestionada,  como la ley del  aborto, o la de paridad política. Nada de esto hubiera sido posible sin democracia. Su ejemplo eran las nórdicas.

A partir de 2006 se produce un cambio en la percepción mutua de españolas y  africanas. No por la emigración, sino por los Encuentros realizados en torno  a la Red de Mujeres por un Mundo mejor. Se dieron cuenta que el patriarcado era común a todas las culturas. Aunque de este lado el aspecto público está más evolucionado, falta el privado. En el mundo la violencia de género , como la trata y el tráfico sexual, es la más generalizada, tolerada y parcialmente legalizada. De ahí la importancia de trabajar en equipo con nuestras vecinas.

Por su parte, la Directora Ejecutiva de la Comisión de Derechos Humanos de Kenia, Muthoni  Wanyeki, aportó el testimonio  de  muchas organizaciones y movimientos sociales  integrados por  personas de distintos estractos en los años 60. Estaban convencidos de que importantes cambios se darían en cadena. Se organizaron redes para garantizar buenas condiciones educativas, y se cuestionaron los modelos de desarrollo. África ya no era un mercado emergente y quería negociar las condiciones.

Las demandas feministas de entonces, eran incluso más exigentes que las actuales. En septiembre de 1994 Conferencia del Cairo se habla de libertad y salud reproductiva, de presupuestos para proyectos de género y de la necesidad de lograr un impacto macroeconómico.“Lo que se ha perdido es la aportación del feminismo originial “, destacó la politóloga no sin cierta melancolía.

A principios del milenio las expectativas eran altas, y era un buen  momento para ser mujer africana. Pero la historia es como un péndulo y una década después los Estados vuelven a ser frágiles y  los niveles de violencia elevados.

Por eso comienzan a  desarrollarse iniciativas dónde activistas veteranas  revisan, recuerdan y difuden entre las más jóvenes su historia más reciente. Una forma de aunar y motivar a unas y otras, creando vínculos y puentes para el inevitable relevo generacional.

Acerca de Monicando

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